Tus actos son irremisibles, mi ser altivo no puede tolerar tal error, el pasado ahora alardea mi traspié de confiar en ti. El manto de respeto que te cubría se desvaneció con la verdad, el apreció que aún surgía por ti se secó y erosionó mi benevolencia, tu presencia ahora es tan abominable que no soporto verte sonreír, instigando en mí el deseo de verte llorar todo un mar de penas y agobios ...
Desconozco tu ser, fue un espejismo lo que admiraba en ti, no logro superar este súbito detrimento, me cegué por los sentimientos y el antaño querer, siento que la venganza germina inevitablemente en mis feudos.
Si es necesaria tu destrucción para satisfacer mis demonios airados, asediaré con brío toda esperanza cimentada en el amor, en el espíritu y en la belleza, no dejaré vestigios en tu mundo falaz, espuria mujer; Diezmaré tus futuras sonrisas y no habrá baluarte en donde puedas refugiar tu miserable vida...
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